LA INTEGRIDAD
La integridad es de carácter total; no puede pensarse que un individuo sea íntegro en unas cosas, entretanto, en otras no, pues dicho valor no admite puntos intermedios para justificarse cuando se debe ser íntegro o no. Tampoco puede confundirse la honestidad con la integridad; en la primera, las personas no toman posesión de lo que no es suyo y demuestran buen cumplimiento de las normas sociales y reglas diversas de comportamiento y relaciones interpersonales. En la integridad la persona hace extensivo su comportamiento ético a todas las situaciones en las que se ve inmerso o participante. Por ejemplo: alguien muy honesto puede devolver algo (dinero, bien) que no es suyo, pero ser desleal a su cónyuge, familia o amigos (no ser íntegro)
De modo que podemos discernir como una gran parte de nuestra cultura, y los procesos en ella vivenciados están en su mayoría carentes de integridad.
En realidad, la integridad implica un buen grado de madurez en el nivel ético y espiritual, que conducen a la persona a actuar lo mejor posible en todas las circunstancias, pues este valor afecta positivamente a todo su entorno. Las personas íntegras son confiables, delegables, irradian y comparten sabiduría, y son además facilitadoras de las relaciones interpersonales.
La integridad es la respuesta a la doble moral que maneja la sociedad, donde las personas actúan de una manera relativa (a su conveniencia y acomodo), evitando todo tipo de compromiso serio con los demás, con la vida y con Dios. Doble moral que se caracteriza por ser bondadosa cuando se requiera (conveniencia), pero participa de actos denigrantes sin que otros se den cuenta de ello, por otra parte.
De manera que, una persona íntegra responde a sus valores adquiridos, a sus convicciones más profundas, orientadas siempre hacia el bien y la construcción de la familia y la sociedad donde participa. La integridad es cierta evidencia de excelencia en el comportamiento integral de la persona.
ENSEÑAR LA INTEGRIDAD A LOS ADULTOS
- Aunque la integridad es una incorporación de los valores trascendentales de la persona, a nivel institucional, las empresas y organizaciones deben insistir en las capacitaciones y eventos su importancia en los procesos institucionales, lo cual redunda en el bienestar y desarrollo de la empresa como tal.
- Sea usted como facilitador, instructor, líder o dirigente en general, un buen testimonio de integridad, transparencia, recuerde que no se trata de ser perfecto, pero sí fiel a los nobles ideales, valores y convicciones morales.
- En talleres deben realizarse análisis del tema en cuestión, que entrenen al adulto en la pérdida moral que implica no ser íntegro, y cómo nuestra vida podría ser mejor viviendo en la mayor integridad posible.
BENEFICIOS DE LA INTEGRIDAD EN LOS ADULTOS
- Congruencia entre lo que se piensa, se siente, se dice y se vive.
- Responsabilidad con respecto a los seres queridos y personas que han depositado la confianza en el adulto.
- Construcción de empresas e instituciones más transparentes, honestas y productivas.
- Mejor ejemplo de vida ética para la familia, especialmente para con los hijos.
- Sentimiento propio de satisfacción por estar acorde con los principios éticos y morales universales.
- Mayor inclinación a una vida espiritual, basada en su orientación hacia lo bueno.
- Aumento de confianza y responsabilidad de parte de otros, gracias al buen testimonio de vida.
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